La falta de recursos ha provocado desde siempre el movimiento de los seres humanos a territorios más fértiles o con mejores posibilidades de trabajo. En el futuro la escasez de recursos provocará un éxodo diferente al que somos testigos; los emigrantes no se desplazarán a otras zonas de nuestro planeta sino que buscarán otras Tierras. En la actualidad, las agencias internacionales espaciales descubren mundos nuevos cada semana. Desgraciadamente hasta ahora no se ha encontrado ningún otro planeta que cumpla los requisitos necesarios para la vida de los seres humanos, los animales y las plantas.
A finales de 2011 salió a la luz el descubrimiento del primer exoplaneta en el que podría haber vida, el Kepler-22b. La misión del observatorio espacial Kepler (sucesora del satélite francés COROT) es descubrir planetas a través del método de tránsito, que consiste en observar una estrella para detectar la levísima disminución periódica del brillo que se produce cuando un planeta en órbita pasa por delante y bloquea una fracción de su luz. Sólo una décima parte de todos los sistemas planetarios están orientados de tal forma que esos minieclipses, llamados tránsitos, son visibles desde la Tierra.
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Diagrama del Sistema Solar Gliese 581 comparado con el tamaño de nuestro Sol y los planetas más cercanos al Sol de nuestro Sistema Solar. Fuente: Astrophysical Journal |
La dificultad que entraña encontrar planetas similares al nuestro es comparado por los expertos como intentar localizar una luciérnaga en un espectáculo de fuegos artificiales, ya que nuestro planeta es pequeño y emite una luz tenue en medio del resplandor del Sol. Así mismo detectar su influencia gravitatoria sobre la estrella es como oír el canto de un grillo en medio de un tornado.
Quizás en 2050 los avances tecnológicos nos permitan hablar ya de misiones concretas a alguna de esas otras Tierras.
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ResponderEliminarSuerte ! :)